Resulta que anoche quise hacer salsa blanca. Hago esta salsa bastante seguido así que no tendría que haber complicaciones, pero mientras más revolvía la salsa con mi cuchara de madera para que no se hagan grumitos más se parecía a un engrudo que a una salsa.
Yo revolvía y revolvía, y la salsa no espesaba mientras en el fondo de la olla se convertía en un mazacote. Hasta que me canse, aparte la olla del fuego y cambie el menú por unas ricas empanadas de nuestro delivery preferido.
¿Que paso? No lo se. Hice todo como siempre, como todas las otras veces que salio bien, pero esta vez no salio.
¿Y por que cuento esto? ¿No era que este es un blog para compartir recetas que si salen bien y tips para que no salgan mal? Si, es así. Pero las cosas no siempre salen bien y esta bueno ser concientes de eso, de que alguna vez vamos a fracasar hasta en las recetas que conocemos de memoría y que preparamos 100 veces, y ni hablar de cuando probamos una receta nueva!
A veces hay días en los que simplemente hay que respirar profundo, apagar las hornallas y tirarnos en el sillón a ver la tele, leer un libro o dormir una siesta para al día siguiente volver a intentar con el animo renovado y así hasta que salga bien.
De los fracasos se aprende a ser mejor.