No, no me olvide ni me aburrí ni abandone mi querido blog. Solo me quede sin notebook por unas semanas y escribir en el blog desde el celular es de lo más incomodo.
Durante mis semanas de ausencia no tuve mucho tiempo para cocinar, pero como no puedo conmigo misma, un día me las arregle para hacer unas galletitas de manteca que me salieron adictivas.
Es una receta de los más sencilla y lo mejor es que se puede hacer cantidad de estas galletitas y guardarlas en un frasco por un montón de tiempo. Se conservan ricas y crocantes para cada vez que surja un antojito para acompañar el té.
Foto sacada de Internet |
Ingredientes:
♥ Manteca - 125 gr.
♥ Azúcar - 100 gr.
♥ Huevo - 1.
♥ Esencia de vainilla - Una cucharadita.
♥ Polvo para hornear - Una cucharadita.
♥ Sal - Una pizca.
♥ Harina - 200 gr.
Manos a la masa:
Empezamos cortando la manteca bien fría en trocitos. La ponemos en un recipiente y le agregamos el azúcar, el huevo, la esencia de vainilla y la sal, y batimos hasta que nos quede una pasta suave y bien integrada.
Agregamos la harina, previamente tamizada, con el polvo para hornear y mezclamos con las manos hasta formar una masa un poco pegajosa.
Envolvemos el bollo de masa en papel film y lo dejamos reposar en la heladera por mínimo una hora.
Mientras más tiempo pase en la heladera mejor.
Sacamos la masa de la heladera y la estiramos sobre la mesada previamente enharinada hasta unos 3 o 4 mm de espesor y cortamos las galletitas de la forma y el tamaño que nos guste.
Tengamos en cuenta que en el horno las galletitas aumentan un poco de tamaño.
A medida que vamos cortando ponemos las galletitas sobre una placa con papel manteca o, en caso de no tener, podemos usar papel aluminio o una placa bien enmantecada. Siempre dejando espacio de unos 2 cm entre galletita y galletita para que no se peguen cuando aumenten de tamaño en el horno.
Horneamos en horno precalentado a temperatuta medía por aproximadamente 10 o 15 min.
Tenemos que ir viendo que las galletitas se doren un poco. Unas vez que los costaditos estén dorados ya están listas para sacar.
Las sacamos del horno, las dejamos enfriar unos minutos sobre la placa y después las pasamos sobre una rejilla para que se terminen de enfriar y ¡buen provecho!